Abrir la ventana: el periodismo que necesitamos

El otro día colgué en mi isntagram esta frase que vi por internet y me hizo reflexionar: “Si una persona dice que llueve y otra que no, tu trabajo como periodista no es darle voz a ambas. Es abrir la ventana y comprobar si está lloviendo”.

Esta frase, tan simple como contundente, encierra una de las mayores responsabilidades del periodismo: buscar la verdad más allá del ruido.

En tiempos donde las redes sociales multiplican opiniones, titulares y versiones interesadas, el peligro no está solo en la mentira. También lo está en el “falso equilibrio”: poner en el mismo plano lo que son hechos contrastados y lo que son meras percepciones.

El buen periodismo no consiste en dar voz a todos por igual. Consiste en verificar, contextualizar y ofrecer a la ciudadanía información rigurosa que le permita tomar decisiones libres y conscientes. Es abrir la ventana, aunque incomode. Es explicar lo que ocurre, aunque no guste a todos. Es diferenciar entre hechos, opiniones e intereses.

Porque sin periodistas que se atrevan a comprobar si “llueve o no”, nuestra sociedad queda atrapada en un eterno debate estéril, donde todo vale y nadie responde.

El periodismo, cuando se ejerce con rigor y valentía, no solo informa: protege la democracia. Y eso, hoy más que nunca, no podemos olvidarlo.

Como periodista y profesional de la comunicación, me quedo con esta idea: abrir la ventana no es opcional, es la esencia del oficio. Y todos —periodistas, comunicadores, ciudadanos— tenemos la responsabilidad de exigirlo y de practicarlo.

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