
30 May Belleza sin género: ¿tendencia estética o transformación cultural profunda?
Durante años, la industria cosmética ha estado dividida en dos universos: el femenino y el masculino. Productos diferentes, mensajes diferentes, códigos visuales distintos. Pero algo está cambiando. Y no hablamos solo de eliminar el “for men” del packaging o de lanzar un envase en tonos neutros. Hablamos de un giro más profundo, que empieza en la cultura y se proyecta en la manera en que las personas se cuidan y consumen belleza.
De la etiqueta al autoconocimiento
Cada vez más consumidores —especialmente entre las generaciones más jóvenes— rechazan las etiquetas impuestas. No por una negación del género, sino por el deseo de no ser definidos por él. Buscan elegir libremente cómo se muestran, cómo se cuidan, cómo se expresan. Y la cosmética, como espejo de los valores sociales, responde.
Hablar de “belleza sin género” es hablar de productos que entienden que la piel no tiene género. Que las necesidades cosméticas se relacionan con el tipo de piel, el estilo de vida, el clima o el estado emocional… No con el sexo biológico o la identidad de género.
¿Es real esta transformación?
Sí, pero no siempre con la misma profundidad. Algunas marcas están replanteando sus productos, formulaciones, campañas y canales con una mirada honesta y coherente. Otras simplemente maquillan sus mensajes sin cuestionar el fondo: mismo producto, mismo estereotipo, pero con un claim más “neutro”.
Aquí aparece un riesgo relevante: el del “pinkwashing” o “rainbow-washing”. Es decir, utilizar causas sociales legítimas como una herramienta estética de marketing, vaciándolas de contenido real. Esto, más que ayudar, banaliza la conversación.
Una oportunidad de liderazgo
En este contexto, las marcas tienen una oportunidad única: dejar de hablar a los consumidores y empezar a hablar con ellos. Escuchar, abrir espacios de diálogo, integrar la diversidad de voces en la creación de productos, en las imágenes que se muestran y en los valores que se promueven.
El futuro de la cosmética no es binario. Es fluido, diverso, emocional, conectado con la autenticidad. No se trata solo de lanzar un serum que puedan usar todos, sino de construir una narrativa que respete, incluya y potencie la individualidad.
¿Y tú, cómo hablas desde tu marca?
La belleza sin género no es una moda pasajera. Es una evolución de conciencia. Y quienes sepamos interpretarla con sensibilidad, coherencia y propósito, estaremos mejor posicionados para liderar una nueva era en la comunicación y la cosmética.
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