
10 May ¿Quién le pone voz a tu marca? La importancia del tono en la cosmética del bienestar
En un sector tan saturado y emocional como el de la cosmética, no basta con decir lo correcto. Hay que decirlo con el tono adecuado.
Tu marca puede tener la mejor fórmula, el mejor packaging o los mejores embajadores, pero si no sabe hablar, no conecta. Y hoy, en plena era del bienestar emocional, la ciencia cosmética y la hiperpersonalización, eso es un lujo que ninguna marca puede permitirse.
¿Qué es el tono de voz y por qué importa en cosmética?
El tono de voz no es solo si usas emoticonos, si te expresas en primera persona o si hablas de tú o de usted. Es mucho más. Es la personalidad verbal de tu marca. Es cómo suena cuando escribe una newsletter, lanza un vídeo en redes, publica un anuncio o responde a una queja.
En la comunicación cosmética, el tono de voz tiene que estar alineado con el tipo de producto, con su promesa y con el perfil de consumidor al que se dirige. No es lo mismo vender un champú familiar que un tratamiento antiedad de alta gama, ni es lo mismo hablar desde la ciencia que desde el activismo.
Y sin embargo, muchas marcas hablan igual en todos sus canales. Instagram parece redactado por un becario, el blog por un químico, y el correo de atención al cliente por una plantilla automática. Resultado: disonancia comunicativa.
Un buen tono de voz en cosmética debe ser:
Coherente: el mismo tono en web, redes, packaging, puntos de venta y atención al cliente.
Reconocible: que el usuario sepa que eres tú incluso si tapas el logotipo.
Empático: adaptado al momento emocional del consumidor (porque no es lo mismo aplicar una crema que comprar un perfume).
Creíble: especialmente si hablas de eficacia, activos o resultados clínicos.
¿Por dónde empezar?
Define tu territorio verbal: ¿qué tipo de palabras usas? ¿cuáles evitas? ¿Tu marca suena más experta, cercana, empoderadora?
Documenta tu tono de voz: crea una guía de estilo que puedan seguir todas las áreas: marketing, laboratorio, redes, retail.
Hazlo vivir: entrena a tu equipo, revisa los textos, adapta. El tono no es un manual muerto. Es una actitud comunicativa activa.
La voz de tu marca es tan importante como su olor, su textura o su eficacia.
Porque una buena fórmula no emociona si no sabe contarse.
Y en cosmética, contar bien es cuidar mejor.
Sin comentarios